viernes, 25 de junio de 2010

Junio ya no huele a miseria desde hace algunos años. Junio suena bien cuando lo digo, suena interesante, suena cálido. Veinticinco de junio suena a recuerdos y también a futuro, suena a una letra, a un nombre, a un color de pelo, a unos tenis concretos, a una chaqueta gris combinada con rotos vaqueros. Veinticinco ya no es la suma de 20+5, veinticinco es el resultado de fusionar dos mitades.
Junio ya no huele a malos recuerdos y a mar ajetreado. Junio ya no solo es teatro, música para escapar o bailes bajo los efectos inmediatos del mal alcohol. Junio es una sonrisa, es recoger blanca arena entre manos inquietas. Junio es vivir al son del rock and roll, es ver brillar la luna al ritmo de pasos marcados por el compás del ron barato de sabor amargo, junio es todas partes, todos los momentos. Junio ya no huele a vacío. Junio es Noemí.
FELICES 20 AÑOS, ENANA¡¡¡¡¡

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