sábado, 19 de junio de 2010

Recuerdos ahogados en una servilleta de papel


Nuestra  historia fue demasiado difícil de escribir, de estructurar. Fue inmensamente complicada de concebir y de encontrarle un significado que diese algún sentido y la dotara de una dirección concreta. Pero, sin duda, lo más frustrante, lo que más me asfixio, en su momento, fue la imposibilidad, la incapacidad de colocarle un punto y final, de terminar la canción que tanto tiempo llevábamos componiendo.

A veces me doy cuenta de que, por mucho que lo intente, ya no me quedan versos para ti. Los he gastado todos buscando una respuesta que justificará el porqué de aquella gota que colmó el vaso de la desconfianza. Los he perdido mientras caminaba en busca del eslabón que le faltaba a nuestra cadena casi perfecta, de color ocre, con tacto de arena y sabor a marihuana. Me has hecho tanto y te he dicho tan poco que me revienta el pecho cada vez que pienso en las palabras que se llevó el viento y los sentimientos que le levantaron la falda a la luna.

Te he dicho tan poco que, ahora, tengo que conformarme con escribir estas palabras de madrugada, en una servilleta de papel con el nombre de un viejo bar, en una lluviosa noche sin olor a junio, recordando como el mar se llevó todas aquellas promesas que, un día, bajo la luz del puerto, nos hicimos soñando con un más allá de las olas.

Play: stop thinking about it.........The Ramones

1 comentario:

  1. Lo mejor de todo es que lo de la servilleta es de verdad, aunque no fuese de madrugada :P

    Comprendo perfectamente la sensación de no saber darle un punto y final a una canción, tanto literal como figuradamente, y es la frustración materializada.

    En relación a mi post, no me refería al destino como ese ente al que todos echan la culpa, sino a destino como camino, rumbo, "destinación", vaya :)

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